Exposiciones día 3

 

Juan Manuel Solano Ortiz                                                             Exposiciones día 3

El poder puede definirse (de otra manera) como la capacidad de lograr que los demás reaccionen frente a las acciones de un individuo así como conseguir que sus adversarios y quienes lo rodean se pongan a la defensiva.

·         Casi en todas las situaciones una persona agresiva muy rara vez ejerce el control total sobre una situación en conflicto, y como es seguro que por su arranque de carácter no pueda medir o presagiar las consecuencias de sus acciones arrebatadas, se convierte en el más afectado por creer que actuar al instante es más razonable.  Entonces el autor ante esta problemática se plantea lo siguiente: ¿Qué sentido tiene moverse frenéticamente en distintas direcciones, tratando de resolver problemas y derrotar a los enemigos, si nunca logra controlar la situación? Y para ello el autor propone que los individuos deben aprender a dominar sus emociones y a no actuar nunca bajo la influencia de la ira. Debe advertirse y recalcarse la parte del individuo cuanto mayor sea su codicia, tanto más fácilmente se lo podrá manipular.

·         No comprometerse con ninguna posición o causa, salvo con la propia del individuo. Cuando se mantiene una cierta distancia se genera una imagen de ser independiente y no estar subyugado de nadie, por lo tanto, resulta en una personalidad que muestra respeto.  Por lo tanto, se debe despertar interés y seducir a la gente para que crean tener la posibilidad de poseer a uno, así que a veces tendrá que inclinarse hacia las personas. De vital importancia es también no permitir que la compasión por los otros lo lleve a involucrarse. En medio de un conflicto entre polos apuestos desempeñar el papel de mediador y pacificador, mientras que en realidad estará velando por los propios intereses. Aprender que solo se tiene una cantidad limitada de energía y tiempo propios así que cada momento desperdiciado en los asuntos de los demás solo quita tiempo y energía propios.

·         El individuo debe ser una fuente de placer para quienes le rodean, y el placer surge del arte de adecuarse a las fantasías de la gente. Para que exista la fantasía debe existir y desarrollarse en una estructura que atraviese por una crisis; la fantasía traspasa los limites de la cotidianeidad. La clave para imponer la fantasía es la distancia.