Tarea 10 Tomás Moro
Juan Manuel Solano Ortiz 17/03/2023
Tarea 10.
Tomás Moro.
“No he visto nunca a un tonto que no se creyera
sabio. Si un tonto se percibe a sí mismo como tonto, ese punto no es una
locura, sino una pequeña chispa de inteligencia”.
Para el siglo XVI En todo lo que hoy llamamos "Occidente" no exista
mas que una sola religión, bajo la autoridad suprema del Papa de Roma, al cual
prestaban acatamiento todos los Príncipes.Se habían constituido y consolidado
casi todas las naciones de Europa. La iglesia ppr otro lado se había consolidado
también, el poder concentrado, constituido por los Estados Pontificios, en los
que el Papa era soberano absoluto. El cuerpo que ejercía este poder se daba desde
la parroquias rurales a los grandes arzobispados, abadías y conventos. Por su
parte, el pueblo en general entonces se denominaba “los súbditos",
"los vasallos", "los sujetos", que eran gentes sin privilegios.
Después de las guerras de religión, con la Paz de Westfalia (1648) se terminó
la hegemonía del Papado y el Imperio.
En este contexto, es donde surge el personaje Tomás Moro. (1478 –
1535), de nombre original Thomas More, fue un filósofo, estadista, abogado y
escritor nacido en Inglaterra. Fue uno de los cancilleres de Enrique VIII y
gran opositor a la corriente protestante
Utopía. Asociando el “U” privativo a “topos” (lugar), el resultado es el “país de
ninguna parte”, traducción de la palabra
latina “nusquama” que no le gustaba y era
el título original de su obra. Aparece como el lugar donde todos los miembros
de la sociedad viven con dignidad una vida tranquilla, placentera y en
situación de igualdad con sus conciudadanos. Dentro del contenido temático e ideológico
se ha estudiado las posturas del autor con su obra. Respecto a la política del reino, se trata de
una potente crítica que señala los orígenes socio-económicos de la delincuencia
y denuncia la hipocresía de una sociedad que, predicándose profundamente
cristiana, es extremadamente cruel con los más desvalidos. El dinero es
despreciado y de hecho, se vuelve innecesario, pues la educación es tal que los
utopianos desprecian los metales preciosos y cualquier tipo de ornamento que no
tenga utilidad en sí mismo.
Existe una organización del trabajo tal que logra que con jornadas
laborales de tan sólo seis horas diarias la sociedad pueda vivir en abundancia.
A la monarquía hereditaria, se opone en Utopía una especie de
proto-democracia, donde todos los magistrados son electos y pue[1]den
ser depuestos por el pueblo en casos de abuso de función. Propone un acceso igualitario
de la educación para todos, que permite que los más capaces se destaquen, y que
todos accedan a algunos principios básicos y puedan desarrollar en buena medida
sus potencialidades. Es importante señalar que aunque dictamina que los príncipes
de cada ciudad tienden a ser electos para gobernar toda su vida, si su postura
se vuelve tiránica deben ser inmediatamente separados de sus cargos públicos.
Tampoco es que a la consideración todo resulte optimista, pues por ejemplo,
los dilemas éticos que podrían enfrentar los utopianos con respecto a su
relacionamiento con el resto del mundo, muchos de los aspectos más sombríos de la vida en la isla tienen que ver
con las limitaciones de la libertad individual en razón del bienestar
colectivo.
Moro fue suficientemente inteligente como para no manifestar sus
razonamientos en un contexto histórico y enmarcado en la geopolítica de su
tiempo, sino en la ficción. Si sus ideas florecían en una isla que nunca
existiría no podría ganar enemistades. Recordemos que debido a sus ideales políticos,
es que lo ejecutaron cortando su cabeza.
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